La respuesta es sí, en caso de patentar la ignorancia de la causa de los malestares provocados por ambos. Es el coste del saber. Efectivamente, el cuerpo goza y el sostén de nuestra realidad es nuestro cuerpo; si ese se desestabiliza, muchos sin sentidos emergen. Así que es preciso elucidar la mutación permanente de nuestra cultura para entender la importancia, desde la mira de la psique, de la estética corporal.
Desplegando las preguntas de cómo goza el cuerpo, empezaremos a entender que todo cuerpo está vivo; el cuerpo vivo recibe las huellas del universo que le rodea, las emociones que lo invaden, los pensamientos que lo desequilibran, y las sensaciones que le dan placer. El cuerpo no está formado por órganos autónomos sino vinculados entre sí por un tejido mental conjuntivo que es el aparato psíquico; es precisamente el funcionamiento de este conjunto que da vida –o no– a toda la persona. Ahora bien, si un cuerpo sacudido por la vida es mudo, las cargas del aparato mental dejan huellas, surcos corporales, mentales a veces, o un estado de dolor que llega a ser permanente hasta llegar incluso a síntomas cronificados. Es a partir de la independencia autonómica de ambos sistemas, el corporal y el mental, que surgen los males. Desgraciadamente, en su búsqueda de identidad, el ser humano cae en la repetición de muchos actos perjudiciales que mantienen la estabilidad del sistema, una estabilidad no saludable por supuesto.
Podemos decir que el texto es la estética corporal, y el contexto será el equilibrio emocional que permita la redacción del primero.
Por estética, no nos referimos a una mera escenificación de lo que la sociedad define como belleza, sino simplemente la exteriorización de la belleza interior que posee cada persona. No es un físico a la carta sino encuentros; con su propio ser, su propia alma, sus verdades, sus decepciones, sus deseos…. Efectivamente, la verdad sobre un mal lo cambia. Si una persona cambia por fuera gracias a un bisturí, y no cambia por dentro, nunca se verá reflejada en su espejo como ella se quiere ver, resultando de ello una insatisfacción permanente. Este circuito necesita de los ingredientes de la inteligencia y del amor que le abre paso.
Una muestra de como se cruzan la psique y el cuerpo es la fibriomiálgia; muchas enfermedades contemporáneas como la fibriomiálgia ingresan en el campo médico pero se desplazan a la psicología por carecer de respuestas eficaces, convirtiéndose así en un sinfín de síntomas para la persona que las padece, y un cortejo de tratamientos condenados al fracaso. Es una cuestión que pone en tensión la dimensión del saber científico pero que consume a las personas afectadas, a parte de que aquel dolor permanente las desvincula de la vida.
La propuesta de la intervención es sacar a la luz la confluencia y la influencia recíproca de la estética corporal y de la belleza emocional, abriendo un dialogo entre ambos que permita una mejor articulación de la salud y del bien estar.
Estética corporal i equilibri emocional, Testimonios para la Historia